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Algunos libros deberían ser como la música. Porque la historia que se esconde tras algunas canciones podría ser como el relato de una preciosa novela. Un relato que alumbre fielmente nuestro camino. Un relato que nos permita reír, llorar, saltar, cantar y bailar.

 

Algunos libros podrían ser como los sueños. Como los sueños bonitos o los no tan bonitos. Algunos libros podrían ser como el mar, como las montañas o el cielo. Incluso, algunos, podrían ser como el deseo infinito, la esperanza o el miedo. Algunos libros podrían ser todo o ser nada. Algunos libros podrían ser para ti.

A veces, tras finalizar un libro, necesitamos quedarnos en él, abrazarlo y aferrarnos a su historia. A veces, también necesitamos cerrar puertas y ventanas, lanzar la llave al mar y escondernos para que nada nos separe de la trama, de los personajes o del hechizo de sus palabras. 

  

Quizá, algunos libros deberían ser como la vida. Como la nuestra o la de otras personas, no importa. Como la vida que soñamos. Como la vida que siempre deseamos. Como la vida que, en ocasiones, no nos atrevemos a perseguir. 

  

Algunos libros podrían ser la cura de nuestro corazón. 

  

Mike Bros 

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